Nunca deja de impresionarme
esta isla especial
de archipiélago complejo.
Celtas y romanos y árabes
y templarios y campesinos en rebeldía,
y un Santo Matamoros
para justificar una guerra.
Gente reservada y acogedora,
amable e indiferente,
migrante en el mundo
con su Tierra en el corazón.
Pueblos llenos de fantasmas
y nuevas ciudades para atraer a jóvenes
en búsqueda de una vida para vivir.
Mojones para mostrar el camino
y graneros, vacíos de grano y llenos solamente
de recuerdos marchitos;
huertas sin alma,
sofocadas por la venganza de la naturaleza.
Isla especial, Galicia.